Estamos ante un resumen de necesidades íntimas que se han convertido en confesiones visuales. Thaïs Garcías ha explorado su relación con los recuerdos para mostrar una serie de imágenes que conectan su interior más místico con la aparente simplicidad de lo terrenal. Puede parecer que su obra se escampa. O que se concentra arrancando trozos de distintas biografías. Sin embargo, La Memoria del Objeto es el puro reflejo de un solo ser: el que vive obsesionado por la evocación de lo físico.
A esta pintora le inquieta la conexión objeto-memoria que, según ella, implica un movimiento cíclico y eterno que acelera y desacelera con las pulsaciones del tiempo subjetivo. Este dinamismo continuo produce alteraciones que afectan a los dos elementos y al vínculo existente entre ellos. Es a partir de aquí que la artista necesita indagar: ¿Se puede recuperar la conexión original? ¿Existe una completa interdependencia entre los dos elementos? ¿Tiene fecha de caducidad esta relación en algún caso?
Con una fusión de colores característica y un gran interés por el color blanco, Thaïs Garcías toma la vía de su pulida técnica al óleo para plasmar su realismo idílico en autorretratos y representaciones de lo que ella denomina “instantes”.
Marigel Sanmartín